La región Borgoña - Franco Condado está recorrida por varias líneas divisorias de
las aguas. Sus ríos desembocan bien en el Mediterráneo, via el Saône y luego el
Ródano, bien en el Atlántico, via el Loira, bien en el Canal de la Mancha via el
Sena, bien en Mar del Norte via el Canal del Ródano al Rin y luego el Rin.
Podrá navegar en pequeños afluentes como el Yonne, el Doubs, el Seille u otros majestuosos
como el Saône (tan calma que Julio César se preguntó en qué sentido corría cuando
lo vi por primera vez) o por los ríos Loira y Sena así como por numerosísimos canales
laterales o canales de unión.
Centro espiritual con Cluny y Taizé; centro vinícola con Chardonnay, Gamay, Pommard,
Beaune; centro gastronómico con los restaurantes Bocuse, Bernard Loiseau, Troisgros,
los pollos de Bresse, las vacas charolesas; Borgoña es además casi el centro geográfico
de Francia. Muy cerca del Mediterráneo, a unas horas de Alemania o de Suíza, a las
afueras de París, esta región de tránsito será para Usted de muy fácil acceso, sea
en coche, en tren, en avión o en barco.
Pequeños ríos salvajes, grandes ríos majestuosos y poco caudalosos, ríos mayores,
canales laterales, canales de unión, puentes canales, acequías, túneles, escaleras
de esclusas, o largos tramos de 120 km sin esclusa, encontrará en Borgoña - Franco
Condado una representación completa de todo lo que inventó y construyó el genio
humano a lo largo de los siglos para dominar las vías fluviales y hacer posible
el transporte fluvial, conectando las diferentes cuencas entre sí. Vagará por el
fondo de los ricos valles o trepará las laderas bordadas de viñedos.
Lo que no se puede perder
- Los pollos de Bresse, las vacas Charolais, los quesos del Franco Condado, la mostaza
de Dijon, los lucios, luciopercas, cangrejos de río y demás productos de sus numerosos
ríos, todos aderezados o acompañados de los vinos más prestigiosos del mundo, han
contribuído a hacer de Borgoña la capital de la gastronomía francesa.
- Borgoña, alejada de los grandes centros industriales pero bien comunicada gracias
a sus numerosas vías de comunicación, supo conservar su carácter rural y sus numerosos
pueblos y ciudades pequeñas mientras estaba evolucionando, y se ha dotado de las
instalaciones más modernas. Será forzosamente bien acogido y no le faltará nada
allí.
- Al no ser aislada por fronteras naturales, Borgoña siempre ha sabido abrirse al
mundo exterior, lo cual ha sido sin duda la razón de su gran riqueza.
Riqueza material pero también riqueza espiritual, puesto que los monjes de Cluny
construyeron en 910 la abadía benedictina más potente del Occidente.
En 1940, Fray Roger fundó en Taizé una comunidad eclesiástica de importancia mundial.
Más recientemente, en 1987, se fundó en Borgoña la congregación de Dakchan Kagyu
Ling, el centro budista más importante de Europa.
- Poblada desde tiempos inmemoriables, encontrará por Borgoña huellas de todas las
civilizaciones que la fundaron: Azé y Solutré para los primeros poblamientos, Alésia
y Bibracte para los galos; Cluny, Cîteaux y Vézelay, uno de los puntos de partida
del mítico Camino de Santiago, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Sus famosos castillos albergaron a ilustres personajes como Vauban, Colette, Lamartine,
Mme de Sévigné, que dejaron sus huellas en la cultura borgoñona.
Algunas etapas
Llegue a Besançon con su barco por el Doubs, dé una vuelta
por toda la ciudad y complete el circulo que forma el meandro pasando por el túnel
cavado por debajo de la colina. Amarre su barco en el puerto Saint-Paul y tome por
asalto la ciudadela Vauban, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Luego tome tiempo para vagar por las calles de esta ciudad declarada "Ciudad de
Arte y de Historia", y capital del Franco Condado.
Saint-Jean de Losne, a la intersección del Canal del
Ródano al Rin, del Canal del Marne al Rin, del Canal de Borgoña y del Saôna, se
convirtió lógicamente en el mayor puerto fluvial de Francia. Podrá impregnarse cuanto
quiera de la vida de los marineros. Pruebe una "pôchouse" (sopa de pescados de río,
tomates y hierbas).
El Canal de Borgoña, que conecta el Saône al Sena via el Yonne, no podía sino pasar
por la capital de Borgoña, Dijon. Esta ciudad les servirá
de punto de partida a los aficionados al vino, que podrán ir a Gevrey-Chambertin,
Vosne-Romanée, Beaune, Pommard. Puligny-Montrachet. Por supuesto, Dijon no se restringe
a los viñedos. Visite el Palacio de los Duques de Borgoña, dibujado por Mansart,
así como otros numerosos monumentos. No se olvide de ir a comer en uno de los 500
restaurantes que hay en la aglomeración dijonesa.
Sería difícil hablar de Borgoña sin evocar Beaune y sus
hospicios. Durante mucho tiempo, Beaune albergó el Parlamento de Borgoña antes de
que se trasladara a Dijon. De aquel lejano pasado, esta magnífica ciudad conserva
el orgullo de ser todavía la capital vitícola y gastronómica de Borgoña.
Louhans, ciudad de las 157 arcadas, es la capital de
la Bresse borgoñona. Sus especialidades culinarias son, entre otras: el pollo de
Bresse y otras pollas cebadas, la cabeza de ternera y las ranas. El evento que no
hay que perderse es el mercado agrícola del lunes por la mañana que data del siglo
XIII.
Nevers. Un cruce fue cavado a propósito para permitirle
abordar al pie de esta ciudad que forma parte de la red francesa de las Ciudades
de Arte y de Historia. Allí podrá visitar el comercio de loza más antiguo de Francia
que sigue en activo. Siga navegando unos metros más, y párese en el puerto de Plagny.
Desde allí estará muy cerca del circuito automóvil de Magny Cours y del museo Ligier.
"Va a cambiar de marcha".
Vézelay, ciudad eterna, alberga la famosa Basílica Sainte
Marie-Madeleine, declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO. Era
uno de los puntos de partida del Camino de Santiago, también declarado Patrimonio
Mundial de la Humanidad por la UNESCO.
Lyon, la capital de Galia situada en el extremo sur de
Borgoña, le espera con los brazos abiertos. Se suele decir que tres ríos bañan Lyon:
el Saône, el Ródano y el Beaujolais. Lyon es también la ciudad de los famosos "bouchons",
restaurantes tradicionales lioneses y de las "traboules", pequeños pasajes que atraviesan
las casas y los inmuebles que le permitirán acceder al corazón de la antigua ciudad
de los "canuts" y "sedosos". Si prefiere la naturaleza, camina río arriba por la
orilla izquierda del Ródano, magníficamente habilitada en ágora moderna para llegar
al parque de la Tête d'Or.
Fotos: FPP